OCTAVIO SUAREZ "EL GORDO" BUENO DE LA ACTC
De Octavio Justo Suarez no se sabe mucho,en realidad poco y nada,y si se quiere buscar datos sobre él tampoco se va a encontrar en la web,por eso en HISTORIAS DE UNA PASION de alguna manera quiere rendirle homenaje al querido "gordo bueno de la ACTC" a su manera,a nuestra manera.
Es por ello que busque datos sobre el y encontre un editorial hermoso que escribió Carlos Legnani en la Revista Campeones nro 58 de septiembre del 2004 y paso a transcribirlo para ustedes
Ah me olvidaba,La nota sobre el accidente de Octavio lo Saque del libro HISTORIA DE UNA PASION de Alfredo Parga.
Octavio Suarez,como el dirigente excepcional que fue,luchò incansablemente por el Turismo Carretera..Y ademas de talentoso al volante,fuera del auto fue un piloto de tormentas de aquellos,porque le tocó sobrellevar la separacion de la ACTC,de la Confereracion Argentina de Automovilismo Deportivo (CADAD),el ente que por entonces tenia el poder delegado por el Automovil Club Argentino.Y Suarez tomó la posta de la autofiscalizacion de la ACTC,para luego empezar a luchar.
Pero no peleó solamente para organizar carreras sino que comenzó a combarir con el poder,porque le hacian la vida imposible y no le permitian que el Turismo Carretera siguiera participando en las rutas...¡Si habrá puesto plata de su bolsillo,cargandole nafta a su coupé Dodge para recorrer los escenarios y realizar competencias!...Si hasta tuvo que soportar que en una largada simbólica frente a la ACTC,en la porteña calle de Bogotá al 100,llegara la policia "enviada" por los poderes deportivos que tenian mas fuerza politica que el "Gordo" Suarez y sus compañeros de la comision directiva...Habian ido "a pedir los papeles" y se llevaron los autos de competicion porque,claro,en aquellos años era muy dificil que sus motores y chasis estuvieran totalmente en regla judicial.No es como hoy,que los elementos estan al alcance de la mano.Por entonces,el que tenia plata,importaba,y el que no,iba a la calle Warnes,donde compraba los blocks y elementos viejos,porque asi se hacia el automovilismo por aquellos años...Octavio,asimismo,tuvo el mérito de que la ACTC lograse ser respetada.Pero para ello sentó a generales en la butaca derecha de su Dodge,y hasta presidentes de la Nación...Y tambien golpeó puertas sincansablemente junto a muchos directivos,algunos de los cuales hoy ya no estan en la Asociacion.El "gordo" fue un dirigente autentico,cabal,honesto,que nunca tuvo manejo poco claro alguno.Tanto es asi que ganó solo cinco carreras,y ningún campeonato...Él luchaba por su Asociacion Corredores Turismo Carretera y despues iba al taller y trabajaba de noche,junto a su ehrmano Pedro,durante tantos años su acompañante;y con Palagani,su fiel colaborador...Asi lograba poner su Dodge de TC en linea de partida.Su ultima victoria fue en SAntiago del Estero,quince dias antes de perder la vida.
OCTAVIO SUAREZ
El Dirigente
Octavio Justo Suárez nació el 6 de septiembre de 1932. Comenzó como muchos de aprendiz de mecánico en un taller de Banfield. Sintió la velocidad por primera vez estando sentado en la butaca del acompañante de Conde Baviera en la Mil Millas de 1951. Pero no fue sino hasta 1966, en que pudo darse el gusto de correr por primera vez como piloto. Fue en el circuito de Mercedes, al comando de una cupé Ford con motor F100 preparada por Néstor Fernández “Palagani”, con la cual se clasificó en el 9º puesto. Corrió solo esporádicamente, era una época en que había que tener mucho dinero para poder estar actualizado.
Ya con la Fórmula A, Octavio que corría siempre con su hermano Pedro de acompañante bajo el seudónimo “Hnos. Suárez”, pudo comprar un Dodge Polara, y a partir de ahí comenzaría lentamente su protagonismo.
La primera victoria llegó en 1973, en la Vuelta de Salto. Luego siguió la racha en Arrecifes y Pergamino, llegando ese año a pelearle el campeonato al equipo oficial Ford. Repitió al año siguiente, el ´74 la victoria de Salto.
Desde siempre sintió el TC como algo muy intenso en su vida. No pudo entonces sustraerse al protagonismo también político. Integró varias comisiones hasta que llegó como reconocimiento a su dedicación y trabajo, la candidatura a la presidencia de la ACTC. Bajo su tutela el TC vivió momentos muy difíciles institucionalmente hablando. Con los accidentes producidos en la ruta, con las relaciones hacia otras instituciones y con el manejo de los reglamentos y las relaciones humanas. Todo pudo sacarlo a flote, gracias a la férrea mano que siempre lo distinguió en momentos de extrema presión. Así ganó enemigos es cierto, pero también muchos amigos, quienes supieron apreciar en é, las cualidades justas para la dirección de una categoría tan complicada.
Durante muchos años, en los cuales se dedicó por entero a la política institucional, el deporte había quedado bastante relegado, y los resultados si bien es cierto siempre fueron protagónicos, no habían sido todo lo exitoso que deberían. Ganaba muchas series pero ninguna final.
El 2 de Septiembre del ´94, Octavio Suárez se reencontró con el éxito en la Tercera Vuelta Ciudad de La Banda en Santiago del Estero. Debe haber querido el supremo, homenajearlo antes de llevárselo, porque 21 días después, el 23 de Septiembre falleció trágicamente en la Vuelta de Tandil.
El accidente
“Mi auto está intenible, debe haber un problema en el tren delantero” le confesó antes de largar a Martinez Boero. Poco después perdía el control del Dodge en plena recta y con el auto totalmente a fondo. Tanto Oscar Aventín que venía adelante como Osvaldo Morresi que lo seguía a pocos metros en el camino, no se explican que puede haber pasado. Quizá un golpe de viento al salir de atrás de un monte que había en el lugar. Quizá algo que se rompió del tren delantero o simplemente una falla que no le permitió corregir correctamente la trayectoria. Es un misterio que nunca fue o podrá ser revelado.
Lo cierto es que con el vuelco, el auto derramó parte de su combustible y comenzó a incendiarse con el “Gordo” dentro. A principios de año le había dicho a Pedro que era mejor que él la mirara de abajo, porque si les llegaba a pasar algo, los chicos y los negocios quedarían solos.
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