WALTER HERNÁNDEZ
Debutante con título
Walter Hernández irrumpió en el Turismo Carretera casi con insolencia. Es que la categoría fue siempre muy difícil en cuanto a la adaptación. Dispone de autos muy grandes con mucha potencia y se desenvuelve en pistas de muy especiales características, fundamentalmente cuando se habla de ruta. Entonces los períodos de aprendizaje y la adquisición de experiencia, han sido siempre relativamente largos.
Walter comenzó su actividad con el automovilismo zonal, para luego pasar a la Fórmula Renault en el ´86. Debutó en el TC en una carrera disputada en el autódromo de Buenos Aires el 5 de Julio de 1992, con una cupé Dodge motorizada por el “Vasco” Izaguirre. Llegó nada menos que quinto en la serie final, detrás de Roberto Mouras, Luis Minervino, su primo Luis Hernández y Oscar Aventín. Un debut de campanillas.
La segunda carrera de Walter en la categoría, la hizo a bordo nada menos del Chevrolet de Emilio Satriano, quién convaleciente por un choque en ruta, no podía participar. El 20 de Septiembre en el circuito de Nueve de Julio, clasificó el sábado en segundo lugar, ganó su serie, y se despistó en la entrada de la chicana durante la final cuando era puntero.
Tuvo otro despiste en la carrera de Mendoza con el mismo auto, y debió pasar a cuarteles de verano, porque Emilio ya recuperado lo dejó nuevamente de a pié.
El año ´93, lo encaró decidido a correrlo completo. Charló con Jorge Trepat para conducir su Ford Falcon. Luego de algunas desinteligencias con el equipo, ya en la tercera carrera de la temporada en Buenos aires, comenzó a demostrar su verdadero potencial con un tercer puesto en la serie. En la quinta fecha en Balcarce, ganó su serie y en la sexta, en el semipermanente de La Plata, pasó a militar en el equipo de los ganadores. Meteórico. Ya se podía dar por conforme por lo logrado, muy pocos habían conseguido tanto en tan poco tiempo. Máxime, en un momento de la categoría donde había tantos candidatos a los primeros puestos.
Sin embargo, las sorpresas no acabarían allí. Una serie de buenos resultados y otro triunfo en la base aérea de Morón, lo catapultaron hacia el final, como candidato a quedarse con el título. Un título que tendría que dirimir nada más ni nada menos que contra el experimentado Juan De Benedictis y el bicampeón Oscar Aventín.
Nada fue obstáculo para el principiante, quién demostrando un aplomo y frialdad fenomenales, se quedó con el campeonato en su primer año completo en la categoría. Sin ninguna duda, el profesionalismo equipo que le proveyó el arma para la batalla, tuvo mucho que ver en el logro, pero los cero errores conductivos cometidos en el año, fueron los que inclinaron decisivamente la balanza para su lado.
El ´94, lo tuvo como gran candidato a campeonar nuevamente. Y así fue hasta luego de la carrera en La Plata, donde perdiera trágicamente la vida Osvaldo Morresi, Hernández declaró públicamente que no correría nunca más en ruta debido a su peligrosidad. Esto no se lo perdonó su equipo ni la dirigencia de la categoría. Debió cumplir una fecha de suspensión por ese motivo, y dejó el camino abierto para sus rivales en Santa Teresita, donde fiel a su palabra no compitió. Una rotura a tres vueltas del final en Punta Indio cuando ganaba con comodidad, le hizo perder puntos preciosos, pero aún así, llegó con serias posibilidades de campeonar, a la carrera final en Buenos Aires. La lluvia le arruinó el campeonato debido a que su auto era el más duro de suspensiones en esa final. Llegó a hacer un trompo en plena recta y quedó finalmente tercero en el torneo. Al año siguiente se pasó al TC2000 disconforme con todo lo sucedido en el ´94 |
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