. - OSCAR AVENTÍN

Oscar Aventín,La garra de un puma.

Oscar Aventín, comenzó al mismo tiempo que su hermano Antonio con esta pasión del Turismo carretera. Debutó el 1º de Mayo de 1977, en el circuito de Bahía Blanca, en una carrera que fue ganada por Juan Maria Traverso con el Falcon oficial. Sin embargo, con el paso del tiempo, los caminos recorridos por ambos hermanos fueron tan distintos como distintas son sus personalidades.
Oscar es un tipo serio, polémico. Quizá esto que pareciera ser una falencia, sea su mayor virtud, porque esa antipatía que emana a veces de actitudes o palabras, son simplemente el reflejo de una frontalidad absoluta. Y eso es bueno, porque al menos uno sabe con quien trata y que es lo que piensa exactamente esa persona. Sin preámbulos, sin vueltas.
En lo deportivo pareció que conseguiría grandes resultados, y prontamente, allá por la temporada ´78/´80, ya lograba un subcampeonato detrás de Francisco Espinosa, y a solo 3 temporadas del tímido inicio.
A pesar de esta primera impresión, el año siguiente vio coronarse como campeón a su hermano Antonio, y a Oscar como subcampeón. Un logro este 1-2, que desde los tiempos de Gálvez dos hermanos no conseguían. Al año siguiente, Martinez Boero fue el encargado de materializar una nueva frustración. Por tercer año consecutivo, el “Puma” Aventín se debía “conformar” con el subcampeonato.
Mientras esto ocurría en las pistas, en el terreno institucional, Oscar se iba posicionando como un dirigente de peso, hasta llegar a convertirse con los años en uno de los hombres fuertes de la categoría.
Problemas de diversa índole, lo fueron relegando en temporadas sucesivas de los triunfos, y obviamente de la obtención del título, Perseverante y decidido, siguió buscando el auto y el preparador que lo catapultaran hacia el objetivo. El manejo fino, pulido y sobre todo la seguridad que lo caracterizaron en toda su campaña, no eran suficiente. Alternó de Dodge a Ford y viceversa, buscando siempre el auto ideal. A pesar de algunos triunfos aislados, no conseguía sin embargo, conformar un equipo de gente con la solidez y conocimientos necesarios para lograr tan alto designio.
Cuando pasan los años y las metas no se logran, el destino pareciera querer decirnos que deberíamos conformarnos con lo mucho o poco conseguido. Pero los “Pumas” tienen garras, y garra es lo que se necesita para vencer la adversidad y seguir luchando hasta alcanzar el objetivo propuesto. No extrañó entonces que en el ´91, con Hugo Viola como organizador, se armara un equipo en el cual Carlos Nicotera se encargaba del motor, Tulio Crespi del chasis y Crisanto Rego, a la vez de acompañar a Oscar en las carreras se ocupaba de infinidad de detalles en el armado del auto.
Ese año se pudo dar el gusto de vencer mano a mano nada menos que a Oscar Castellano, uno de los rivales más duros del momento. Por fin después de 14 años de actividad, llegaba la coronación de un sueño. Un logro largamente anhelado que pudo repetir al año siguiente y que por muy poco no se convirtió en Tri campeonato. Luego vino la desvinculación con Crespi, el desafío con Chevrolet, y una Asociación que cada vez le requería más de sus servicios. El retiro definitivo fue la resultante obligada, y su labor con el TC, prosigue ahora con la dirigencia de una categoría que sigue creciendo diariamente.