Oscar Angeletti Oscar Angeletti saliò campeon de Turismo Carretera en su segunda temporada completa en 1986,cuando Roberto Mouras y Oscar Castellano lo acaparaban todo.Sin embargo la temparada 87 fue un desastre y en 1988 no ganó finales,aunque si cinco series,lo que le permitió obtener el subcampeonato detras de la "naranja mecanica" de Castellano. Por aquel entonces Ford contaba con el motor mas potente,pero carecia de una carroceria que le permitiera pelear en rectas ruteras,debido a la menor distancia entre ejes y su trocha angosta. Por ese motivo,para 1989,Angeletti decidiò preparar un auto con pocos antecedentes depòrtivos pero que se mostraba muy competitivo,de forma externa muy similar a las temibles Dodge.El Farlaine. "Me gustò su perfil,sus líneas aerodinamicas.En la ACTC me dijeron que sí,que lo armara,pero se mataban de risa" Así y todo,lo llevaron a la fabrica de Buesaco,lo desarmaron por completo y le colocaron una jaula antideformable,obra de Oscar Jensen.LA preparaciòn del motor contó en un principio con Omar Wilke,luego José Miguel Herceg y finalemnte Rubén Berdejo. ¿Que beneficios tenia?.Una mayor penetracion aerodinamica que el Falcon,una mejor tenida y una facil transmicion de potencia a las ruedas.Cuenta Angeletti:"Lo dejamos con un peso de entre veinte y treinta kilos mas que un Falcon.Ese era su unico punto en contra". El ingenio popular lo apodó con varios nombres:·Buquebus·,·BAllena·,·Jumbo·,·Transatlantico· entre otros.Lo cierto es que este ultimo pegó muy fuerte en la memoria colectiva. El farlaine no debutó luego de pasadas las dos primeras fechas,aunque el 23 de abril,en Balcarce,apareció en Pista y terminó décimo.En Olavarria y Bahia Blanca abandonó por problemas de motor.El 11 de julio,en el autodromo capitalino,logró un historico triunfo. En San Lorenzo punteaba comodo encaminandose así a una nueva victoria en series,pero no pudo,el impulsor dijo basta.En Buenos Aires no pudo con Oscar Aventin y concluyó segundo."Se salió un tensor y la goma estaba para afuera,abierta para adelante,y el coche se me iba de cola". La segunda conquista se dió en Junin,en un trazado semipermanente.Ya mostraba las garras el cuco celeste y blanco. De nuevo en Balcarce,El Farlaine dominó la prueba de clasificación y su manga.Sin embargo,en la final la llnta delantera izquierda lo obligó a desertar cuando iba en la punta.De lo contrario,hubiera ganado por escándalo. La revancha llegó en Nueve de Julio."Por una falla del semáforo me retrasé en la salida.Quedé último,aunque logrè recuperarme".Ganó de atropellada. Con estos resultados,comienza a descontar puntos al Pincho Castellano,que cambió su Dodge por un Falcon a inicios de año,y el Pupi ya estaba tercero. En Morón rompióel motor en pruebas libres,fue tercero en la clasifica,ganó su serie y estaba por llevarse la final.Un toque con un rezagado lo retrazó considerablemente.Con el auto herido y desaliñeado la peleó,recuperó terreno y terminó quinto. A matar o morir.El campeonato se define en Tandil.Pero la definicion no dependia de Angelleti,sino del hombre de Loberia y lider del torneo. Corriendo prudentemente,Castellano sumaba los puntos para retener la corona.Angelleti debia conformarse con ganar en el dificil trazado tandilense. Inesperadamente,la cubierta delantera izaquierda del farlaine comenzó a desinflarse y todo se complicó aun mas.Pese a todo,el Pupi se las ingeniaba para llevar al monstruo con voluntdad de fierro,aguantando los embates del falcon anaranjado en la cola,cruzó victorioso la línea de sentencia con su llanta rirando chispazos (foto) estremeciendo casi al delirio a los fanáticos del óvalo. Subcampeon en los papeles,Oscar Angeletti fue campeon de la dedicacion y la tozudez."Moralmente,fuimos casi campeones.El equipo seguia la musica que yo le ponia". La temporada 89 fue la unica donde el çfarlaine pudo correr,porque la ACTC,paar evitar que el monopolio de Dodge se pasara al de los Farlaine,se prohibió el modelo."Cuando me dijeron que no podia seguir con el ·Jumbo· me dolió mucho,pero era entendible.Si no lo hacian,el resto de los pilotos de Ford debian cambiar sus Falcon por los Farlaine,con lo que se hubiera gastado mucha plata",confesaba resignado. Oscar Angelleti quedó en la historia como el intrépido piloto del enorme monstruo celeste y blanco que sorprendió a todos con sus cuatro heráldicas conquistas.Tanque,que quizas a su pesar,mas que por su ítulo del ·86,siempre see lo recordará por ese Farlaine que llegó victorioso con su llanta tirando chispazos.  El Fairlane inmortal El auto que popularizó Oscar Angeletti con cuatro victorias en 1989 aún da batalla. Correrá en el TC Pista Mouras. El modelo está prohibido en Turismo Carretera.    La última aparición del Fairlane fue en el TC Pista, en el 2004. Luego, se guardó en el taller de Néstor Apella. Habla Oscar Aventín, en entrevista con Olé el sábado 1ø de octubre de 2005. Se detiene en un recuerdo: "Algo no se puede esconder: la aerodinámica. Hace varios años, a (Oscar) Angeletti se le ocurrió armar un Fairlane. Y empezó a ganar todas las carreras. Claro, el motor del Falcon en el Fairlane era otra cosa. Y tuvimos que prohibir ese modelo por Angeletti. Hicimos una prueba aerodinámica y lanzamos en una recta, a la misma velocidad, al Falcon y al Fairlane. Y el último hacía 900 metros más que el otro". Antes de explicar el presente, hay que escarbar en la historia. Y ésta cuenta que don Henry Ford le puso Fairlane a su modelo de lujo, lanzado en 1955 en suelo yanqui, porque tenía una mansión llamada Fair Lane, en Dearborn, un poblado al sureste de Indiana. En la Argentina recién entró en producción en 1969. Hasta 1981, Ford Argentina vendió 29.602 unidades. Exactamente. Enorme, silencioso, de armoniosas suspensiones, en nuestras fronteras el Fairlane fue uno de los elegidos por los choferes, que eran contratados por la elite en los años 70. También se usaba en cortejos presidenciales, casamientos y, a no olvidarse, como coche fúnebre, de negro riguroso. Confundible con los Dodge Polara y GTX, el Fairlane también hizo pata ancha en una pista. Fue cuando Oscar Angeletti, campeón de TC en 1986 con un Dodge, se le ocurrió armar uno en 1989. Ganó cuatro carreras: Buenos Aires y Nueve de Julio, en autódromos, y en Junín y Tandil, en la ruta. Perdió el título con Oscar Castellano. Pero fue subcampeón. La historia del Fairlane se terminó allí, porque fue literalmente prohibido. En el actual reglamento técnico del TC no figura como auto usable. Sí lo es en el TC Pista y el TC Pista Mouras, la Clase B de la anterior división y que tiene epicentro en el autódromo Roberto Mouras de La Plata. Corren ocho de las 12 fechas allí. Será ahí donde Emiliano Acuña peleará el torneo. ¿Con qué auto? Con el Fairlane de Angeletti. Acuña, nacido en Córdoba hace 23 años pero porteño por adopción desde hace 12, ya corrió en el 2005 con otro coche histórico, el Chevrolet con el que Traverso volvió al TC en el 2002. Sí, ese pintado como la bandera nacional. "A Angeletti no lo conozco personalmente, pero leí mucho y era bueno de verdad", cuenta Emiliano, que le compró el coche a Néstor Apella, que lo tenía en Lobos. Las últimas carreras del coche fueron con Gerardo Belmartino, a mediados del 2004, en TC Pista. "Le quiero devolver la vida al modelo. A mí y a mí papá nos gustan los desafíos. Lo estamos poniendo al día con la seguridad, con butacas, cinturones, las protecciones laterales. Le bajamos el peso porque tenía mucha masilla por tantas pintadas. Todos me dicen que en su época fue un cañón. Pero la categoría cambió mucho", admite Emiliano. El Fairlane irá con el motor del Falcon, como aquel misil de Angeletti. "Sí, porque así viene el auto", cuenta el pibe, que todos los días, en su taller de Ramos Mejía, trabaja en ese armatoste que lleva el nombre de una mansión de don Henry. OSCAR ANGELETTI Nacido para ganar Desde que vio la luz, un 30 de diciembre de 1947, Oscar “Pupi” Angeletti sintió dentro suyo la pasión por los fierros. Muy a pesar de que su padre fuera un gran futbolista, integrante de Boca Juniors e inclusive de la Selección Nacional, a Oscar le tiró siempre más la fiebre de la velocidad. No fue extraño entonces, que comenzara tímidamente su incursión con el karting, pasando luego a convertirse en el terror de las picadas en el ¼ de milla. Corría el año ´82 y con un Torino, saciaba así sus ganas de correr en algo. Luego de campeonar en esta especialidad, se pasó al TC Bonaerense. En la clase “A” del mismo, logró en su primer temporada, la 6ª colocación en el campeonato. Al año siguiente le cambió el motor Torino de esa unidad por un Ford, y terminó ganando el campeonato en forma aplastante. El paso hacia una categoría superior estaba haciendo necesariamente obligado. Y fue finalmente el Turismo Carretera, el receptor de las ansias de progreso de Oscar, debutando por fin en la categoría en la carrera de Balcarce del año ´84. Toda su campaña en el automovilismo, estuvo marcada por un avance continuo y sostenido. Paso a paso se fue fijando metas, y las cumplió sistemáticamente. La escuela del Kart, las picadas y el logro de ese campeonato, luego el zonal y también el campeonato, finalmente para recalar en la categoría más importante del país. Claro que esto ya sería otra cosa. Estamos hablando de una especialidad donde están los mejores, y donde la experiencia y los años influyen muchísimo. A grandes campeones les ha llevado años de esfuerzo conseguir el ansiado título. Angeletti debutó tímidamente en el TC ya bien avanzado el campeonato del ´84. Lo hizo con el Nº 156 en las puertas de la cupé Dodge, y ya para el ´85 y con el Nº79, comenzó a hacerse notar con varias actuaciones de excelente nivel. Tal es así, que el año 1986 lo vio circular esta vez con el Nº 8. El progreso era constante. Faltaba un solo paso u objetivo. El más importante y el más difícil. El Campeonato. En ese ´86, contaba con un equipo conformado por Néstor Fernández “Palagani” como preparador del auto, y Rubén Berdejo en la parte de carburación. Las levas eran de Romero, y tenía fierros montados por “Tato” Ferrea desde Estados Unidos. Como él dijo una vez, el auto era un seleccionado porque en los demás ítems también contaba con lo mejor. De esta manera, no resultó extraña la llegada del campeonato. El Nº 1, había sido obtenido en apenas dos temporadas completas de actuación en la categoría. Un logro que para la inmensa mayoría, fue imposible de conseguir. Luego el equipo pareció descomprimirse y cayó en la numeración nuevamente hasta el 8. En el ´88, salió subcampeón de Castellano y el ´89 trajo el gran desafío de Angeletti, correr con un auto totalmente nuevo, el Fairlane. Y con ello, tener que demostrarle a todo el mundo que no estaba errado en su apreciación. El “Buquebus” era “EL” auto para el Turismo de Carretera. Como habrá sido, que al año siguiente se excluyó el auto de la categoría. “Pupi” una vez más había dado en la tecla. Esta situación, lo llevó a tener acaloradas discusiones con la dirigencia, y entonces “forjo” un nuevo desafío, demostrar que con un Falcon les ganaba igual. Para la primera del ´90 en Santa Teresita, debutó con el nuevo auto, un verdadero dechado de prolijidad. Lo estrenó en la serie y sin haberlo probado antes en ningún lado. Fue el ganador de la segunda batería sin atenuantes. En la final se encaminaba inexorablemente hacia la punta de la competencia, cuando un rezagado lo obligó a hacer una maniobra extraña en el cambio de mano de la ruta 11, y el Falcon se estrelló de frente contra una columna de alumbrado. Estuvo durante mucho tiempo tratando de ganarle la carrera a la muerte, y nuevamente salió vencedor. Evidentemente, Oscar Angeletti, cuando se fija un objetivo lo logra. Es un hombre que ha nacido para ganar .