A lo Monza. Así, como en el autódromo-casa de Ferrari pero en versión criolla y más reducida, fue parte del festejo de los hinchas de Chevrolet ante un podio aun más visceral que de costumbre para el Turismo Carretera. La típica imagen de la bandera con forma de corazón de la scuderia en una de las rectas más anchas de la Fórmula 1 tuvo su paralelo ayer aquí, cuando una enseña gigante de la cruz inclinada irrumpió sobre el asfalto camino a la premiación.

Bombos, estandartes más chicos y cantos en un lado tenían eco del otro en Christian Ledesma, el vencedor, pero sobre todo en un desenfrenado Juan Manuel Iglesias, tercero y fanático de la marca.

No era como para menos: el Chivo acababa de ganar en Balcarce luego de casi 11 años. Aquel triunfo del 10 de marzo de 1996, a cargo de Emilio Satriano, ya iba tomando color sepia, justo en esta ciudad, donde Juan Manuel Fangio, un ícono de Chevrolet en los comienzos de la categoría y primer campeón de la marca en 1940 y 1941 con la cupecita , es el orgullo local proyectado al país y al mundo. Algunos éxitos de Dodge interrumpieron los innumerables de Ford aquí en los últimos tiempos, y por eso la victoria de una Chevy ayer tuvo sabor a desahogo contra el archirrival.

Es más: las gargantas de esos hinchas no se enrojecían tanto de excitación, aunque fuera siguiendo una carrera a la distancia por radio o televisión, desde hacía poco menos de un año. Ocho días le faltaban a Chevrolet para cumplir 12 meses de su más reciente triunfo, aquél de Guillermo Ortelli en Mar de Ajó un 5 de marzo. Demasiado tiempo para una marca que cuenta con alrededor de un tercio del parque automotor de TC. 



De hecho, en este crepúsculo creciente del campeonato del 2007, está bajo observación si el nuevo reglamento favoreció o no a los chivos. Es temprano como para emitir un juicio terminante, pero en estas dos fechas han conseguido una victoria, un segundo puesto y dos terceros. Y el puntero del certamen corre con una Chevy (Ledesma).

Los que no parecen caminar son los Dodge, a los que parecen pesarles demasiado los kilos adicionales de lastre que les adosa el reglamento actual. A raíz de eso hubo una reunión el fin de semana en el autódromo entre varios referentes de la estrella como para analizar la actualidad y estudiar alternativas por seguir.

Una situación parecida, en definitiva, a la que venía padeciendo la cruz . Parecía que a sus máquinas ya no les calzaba el ocho de 4592,4 metros; que el Fangio era, paradójicamente, un escenario a medida de los Falcon.

Al respecto, de todos modos, bien vale apuntar una interesante visión de Christian Avila, chasista del Lincoln Sport Group, uno de los mejores equipos del TC: "Hoy la categoría va formándose con un reglamento que equipara a las marcas. Hay circuitos de aceleración; otros, de velocidad en curva, pero no hay más circuitos de Ford o de Chevrolet. Hoy doblan todos y aceleran todos, salvo los Dodge, que -me parece- quedaron un poquito relegados", expresó a la publicación "100% Turismo Carretera".

Pero ésa es harina de otro costal. La noticia es que venció Chevrolet en la sierra La Barrosa tras más de un decenio. Y por eso la euforia en masa. Mientras Ledesma celebraba con su pequeño hijo en el podio arengando a la gente pero con mucha sobriedad - La hinchada " La 15" parece no terminar de absolverlo de sus comienzos con Ford-, el que no podía contenerse era el chico Iglesias. Saltaba, gritaba, empezaba cánticos, tiró su corona de laureles a la multitud... Un colorido sacado , un chivo de pura cepa, desbordante de pasión.

¿Pasión? Es lo que tuvieron sus mecánicos, que trabajaron tres o cuatro días sin dormir hasta el jueves último a la madrugada, para llegar a tiempo con el coche. Todo hacía pensar que el equipo no iba a estar en Balcarce, tras un mal resultado en la primera fecha en Mar de Ajó y sin ensayos. Pero las ganas de los muchachos y del piloto de 22 años convencieron a su padre, Fernando Pichi Iglesias, que autorizó el viaje.

A las 4 de la mañana, los rugidos de la Chevy se hicieron oír en una ruta de San Pedro, improvisada pista de pruebas. "Agradezco a los vecinos por no haber hecho la denuncia", sonrió inocente Pichito en la conferencia de prensa. Si el quinto lugar de anteayer en la clasificación había sido un oportuno regalo a sus colaboradores por el día del mecánico, mucho más lo fueron el tercero de ayer y los 18 puntos que se llevó de esta ciudad. Y pensar que estaba por no venir...

Balcarce vivió en sus plazas en estos días la 15» Fiesta Nacional del Automovilismo, organizada por la municipalidad con colaboración del Museo Juan Manuel Fangio. Fiesta fue, también, la que se debía e hizo ayer Chevrolet en estos pagos. Quizá, con el aporte del propio Chueco desde el firmamento...mil espectadores hubo ayer en La Barrosa, según la organización. Una cifra nada desdeñable.25

 

Asi fue la carrera:
"Carreras son carreras y no se terminan sino hasta la bandera de cuadros", solía enseñar un profeta de esta tierra. Y un ejemplo fue la final de la segunda fecha del LXVI Campeonato Argentino de Turismo Carretera, celebrada en el autódromo Juan Manuel Fangio -el profeta-, definida a poco del epílogo con unas maniobras impactantes en varios casos y cuestionables en otros, acciones que, controversia y vistosidad aparte, derivaron en el triunfo y la vanguardia en el certamen para Christian Ledesma a bordo del Chevrolet N° 15.

Lo logró a costa de Juan Manuel Silva, el hombre de Ford con el que luchó casi toda la competencia. De a ratos, con unos tan cautivantes como impecables rueda a rueda ; en la culminación, con igual fervor pero menos caballerosidad. A la expectativa quedaba Juan Manuel Iglesias, con otra Chevy, que a punto estuvo de dar el batacazo del fin de semana balcarceño, pero de todos modos rescató un notable tercer lugar.

Para referirse a ese desenlace electrizante, hay que retrotraerse a un episodio de la tercera serie de la mañana, la que compartieron Silva y Ledesma, también con puja por el liderazgo. En momentos en que iba al frente el marplatense, se accidentó René Zanatta (Dodge) y se neutralizó la prueba, justo cuando el Pato superaba a Christian. No resultó del todo claro si el sobrepaso ocurrió con bandera de auto de seguridad o apenas antes, y la duda quedó.

Ya en la carrera decisiva, en la que el chaqueño partió en la pole position y Ledesma, 4º, pronto quedaron en pugna por la vanguardia, porque el marplatense saltó a la segunda ubicación en desmedro de Fabián Acuña (Ford) e Iglesias con plausibles maniobras por fuera, en un par de giros. Y en el tercero dejó atrás a Silva, por dentro, al final de la recta. Entre las varias neutralizaciones por accidentes, las posiciones entre los de punta se estabilizaron hasta que en la vuelta 16 el Falcon del chaqueño fue a la carga. En el sector de la Olla (poco antes del túnel), Juan Manuel se mandó por adentro (a la derecha) y rebasó a la Chevy, pero Ledesma resistió por afuera, le quedó en favor la siguiente curva (a la izquierda) y recobró la delantera. Todo, sin un roce.

Tras otra intervención del pace car -golpe del Ford de Sergio Guarnaccia en la chicana-, la competencia fue relanzada en la vuelta 20 sobre las 25 establecidas, pero con tres minutos remanentes hasta el tope de 50. O sea que quedaban dos giros, y lanzó Silva su asalto definitivo. Nuevamente en la Olla, el Pato atacó por fuera (izquierda) y alcanzó a poner su trompa delante de la de Ledesma, que resistía por dentro. El bonaerense cerró demasiado su línea hacia la izquierda teniendo a su rival alrededor de medio coche detrás y lo obligó a poner un par de ruedas sobre el pasto. Unos metros luego, dobló a la izquierda el Chevrolet y el Ford lo empujó un poco, haciéndolo colear en el túnel. Silva dejó de acelerar -quizás podría haberlo quitado de la pista- y Ledesma se enderezó, y en el entrevero se acercó Iglesias, que con las cuatro gomas sobre el césped llegó a estar delante del chaqueño, pero la curva a la derecha salvó a éste.

Ya quedaba muy poco, y en ese orden arribaron; detrás llegaron Acuña y Omar Martínez (Falcon). El entrerriano hizo negocio y así, en silencio -¿cómo iba a ser, si no?-, ya figura como escolta en el campeonato. Pero si se habla de negocio, por supuesto que el mayor fue para Ledesma, que dejó Balcarce en la cima del torneo y ya no necesita ganar para alzarse con el título. Pero para coronar a un piloto falta mucho. Es que campeonatos son campeonatos y no terminan hasta la bandera de cuadros de la última carrera...

Alguna bandera colgada de un alambrado y una torta que le regalaron en su box fueron los signos más visibles de la marca a la que ayer llegó Roberto Urretavizcaya: 300 finales de TC. El hombre de Chacabuco, de 49 años, las cumpió ayer. En su trayectoria acumula 10 victorias, 25 podios, 12 récords de vuelta, 46 triunfos en series y 6 clasificaciones ganadas.Urretavizcaya llegó a las 300 competencias

LA PIÑA DEL FIN DE SEMANA



El Falcon de Diego Aventin, hasta entonces puntero del campeonato, chocó en una curva al Torino de Patricio Di Palma (iba 19º) y volcó en el aire para luego caer sobre sus ruedas. Los pilotos y sus acompañantes resultaron ilesos. El Pumita alegó una rotura del pedal de freno, pero el Pato dijo que lo revisó después del golpe y lo halló intacto. Aquí, los colaboradores quitan ambos coches del lugar del accidente.